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sábado, 23 de agosto de 2014

DIARIO DE UN HACEDOR DE ALAS

Libro Oera Linda


Hace ciento treinta años un antiguo manuscrito fue descubierto. Se trataba del Oera Linda. Las historias que cuenta revelan los secretos de la más temprana civilización aria.  Por él conocemos la historia de los Hijos de Frya, la diosa madre de la raza aria y del “Sagrado Tex” que les ha otorgado los valores sociales y morales necesarios para construir una gran nación, quizás la más grande civilización del mundo antiguo. Narra las luchas que se debieron sostener para mantener la libertad contra las invasiones y las influencias de los príncipes y de los sacerdotes enemigos provenientes del Este, gracias a las cuales, somos lo que somos y ostentamos los valores que ostentamos. El Oera Linda trata, también, sobre los héroes y las heroínas de nuestra mitología clásica.

La historia comienza en la Era de Tauro, cuando las míticas diosas fueron eran las madres de nuestros ancestros arios. Esa edad acabó mal, con tierras destruidas y sumergidas por devastadores maremotos y erupciones volcánicas, incendios de selvas e inundaciones que cambiaron el rostro de Europa, anunciando la llegada de la Era de Aries. Y es en el 2193 a.C. que la isla continental de Atland desapareció, como la legendaria Atlántida, completamente desintegrada por inmensas catástrofes. Muchos supervivientes lograron transferir su civilización a otros sitios, viajando a Egipto y Creta.  De hecho, en este Libro, leemos que Minno (Minosse), el fabuloso rey de Creta, edificador del laberinto, era un frisón y que fue esa civilización la que originó después a Atenas, fundada por Minerva, quien era una de las Madres de nuestros ancestros de la antigua atlántida.


Los pobladores de Atland veneraban un solo diós, que se celaba bajo el nombre de Wr-alda[1]. Frya era la primera de tres hermanas. Las otras se llamaban Lyda y Finda. Lyda tenía la piel oscura y había originado las poblaciones negroides; Finda tenía la piel amarilla y había originado las poblaciones orientales; Frya tenía la piel blanca y era la antecesora de la raza aria.

La edad nueva comenzó con las Madres-Tierra, con las anclas de la ciudadela y los largos viajes del Rey del mar, acabando dos mil años después con los patriarcas, y los reyes que pidieron el reconocimiento y la fidelidad por los favores otorgados.

Este libro trata sobre la historia primitiva de Europa, una Europa con una alta conciencia racial y un sentido de la libertad individual muy desarrollado, basado en un código de ética donde hombres y mujeres eran respetados por sus intrínsecas capacidades.  Esta Europa habría tratado de conservar estos valores, pero indudablemente falló.  Y cuando sus antiguos habitantes trataron de educar a sus hijos en estos valores, parece ser que la fuerte influencia de los cada vez más numerosos comerciantes extranjeros, terminaron por minar su conciencia racial y acabaron por derrumbar su civilización.

El Oera Linda fue descubierto en abril de 1820, en el pequeño pueblo de Enkhuizen, frente a la isla Frisona de Texel en Holanda, con la muerte de Andries Over de linden. Entre sus efectos fue hallado un manuscrito muy antiguo que nadie pudo leer. Tenía 61 años y su hija, Aafjie Meylhoff, conocía la sagrada tradición que desde siempre existía en su familia sobre este libro. Por numerosas generaciones el Libro había sido poseído por la familia de los Over de Linden, pasando de mano en mano, de padre a hijo, con las estrictas instrucciones de preservarlo y protegerlo de la autoridad, es decir, de la Iglesia. El sucesivo heredero era su sobrino Cornelius Over de Linden que tenía solo 10 años.  De hecho su padre había muerto antes que su abuelo, por lo que fue su tia Aafjie quien tomó el libro hasta que el joven alcanzó la mayoría de edad.



En 1848, Cornelius recibió el manuscrito, manifestando su curiosidad que desde siempre había tenido sobre la historia misteriosa que éste contaba y que no podía leer. Pero fue solo en 1867 que encontró alguien que pudiera traducirlo. De hecho, durante una visita suya en la Librería Provincial de Leeuwarden en Friesland, encontró al bibliotecario Dott Verwijs, y le habló del manuscrito.  Lleno de curiosidad éste pidió verlo, e inmediatamente se dio cuenta que estaba escrito en Frisón antiguo, quizás el ejemplo más antiguo que había encontrado.  Su primera impresión fue que el libro era falso, pero examinándolo más a fondo se convenció de su extrema antigüedad y solicitó a Cornelius que le autorizara a copiarlo en beneficio de la Friesland Society. El doct. Verwijs trató de buscar un soporte financiero de la Sociedad que había sido fundada para investigar la lengua y la historia de los Frisones, pero encontró el escepticismo inmediato, debido quizás a las revelaciones de algún fragmento que había ya traducido. La Sociedad, por lo tanto, pensó desde el comienzo que se trataba de un documento falso, aún antes consultarlo, ciñendo la fama que desde entonces ha perseguido al Oera Linda

Verwijs tuvo, de todas forma, la satisfacción de recibir la comisión de un “elderman”, diputado del estado de Friesland, para prepara una copia. El trabajo siguió por otros tres años, revelando informaciones sorprendentes y fantásticas, que confirmaron inicialmente a Verwijs que el libro no era falso, pues los hechos narrados en él podían reconocerse históricamente, y junto a los datos mitológicos terminaron por convencer al traductor de su autenticidad. Ello hizo que pudiera conseguir ayuda financiera de J. G. Ottema, para publicar el libro.  Éste entusiastamente sostuvo los gastos de la traducción imprimiendo y publicando la primera copia en Frisón moderno bajo el título de “Thet Oera Linda Bok”.


En febrero de 1871, fue presentada una carta a la Sociedad de Friesland que resumía estos orígenes y mencionaba algunas de las sorprendentes revelaciones halladas en el contenido del Oera Linda, causando una controversia inmediata.  Esto no nos debe sorprender en lo absoluto si consideramos que estas “revelaciones” ponían en entredicho las creencias religiosas largamente conservadas. La ciencia sustituía a la teología en la historia y la antropología. El hallazgo y la sucesiva traducción de la Piedra Rosetta habían tenido lugar solo unos cincuenta años antes, dando origen a los modernos conceptos de historia antigua basada sobre el calendario egipcio (Naturalmente considerando la historia académica y no aquella llamada “herética”). Heirich Schliemann no había aún publicado sus hallazgos sobre el actual sitio histórico de Troya, una ciudad mencionada y también datable en el Libro, y las leyendas fueron de toda forma consideradas “cuentos de hadas” sin cualquier contenido real, como muchas lo son aún hoy. La versión en lengua Frisón fue inmediatamente seguida por una traducción en lengua holandesa con el mismo título, y la versión holandesa fue traducida luego al inglés en 1876. Esta edición muestra el texto original Frisón impreso en la página izquierda en caracteres romanos con la traducción inglesa a la derecha. Cuando fue publicado creó cierto desamparo en los círculos académicos que, sin embargo, fueron rápidamente olvidados; quizás porque eran demasiado controversiales o porque significaban una gran ruptura de las ideas tradicionales.

El manuscrito original tenía los caracteres fonético inscriptos en un círculo, el símbolo del sol, con una “I” vertical y una “X” y a través de éstos se obtienen sorprendentemente una serie de caracteres en cuyo contexto se encuentra la mayoría de las letras del alfabeto y la mayoría de los números fácilmente reconocidos por los modernos Europeos. Este libro fue escrito por Hiddo Over de Linden en el año 1256 d.C. quien copió los originales sobre la nueva carta árabe, muy requerida en aquel tiempo en Europa, que era sin filigrana y prácticamente fabricada con algodón egipcio. Hiddo la llamó “carta extranjera” y usó una tinta de carbón sin hierro; y esto ha sido una suerte, porque las tintas populares basadas sobre el hierro fueron después reconocibles por desteñirse muy fácilmente, constituyendo esto una prueba más para sostener la autenticidad del Libro.  En él Hiddo utilizó términos modernos de su tiempo conservando también las variantes ortográficas y de estilo de los escritores originales. Además no ha sido encontrada ninguna prueba de “contaminaciones” que induzcan a pensar en algo escrito después del siglo trece; de hecho, ni siquiera han sido utilizados, en el texto, los nombres que cobraron los lugares tras la ocupación romana en tiempos de Julio Cesar . Las batallas existían, y fueron reveladas por el Libro Oera Linda.  Incluso se habla de un valeroso guerrero llamado Friso, oficial de Alejandro el Grande (nacido en el 356 a.C.) citado también en crónicas históricas de los pueblos del norte, en las que se cuenta que Friso venía de la India.


En el Oera Linda, el héroe desciende de una colonia de frisones que se establecieron en el Punjab alrededor del 1550 a.C.; y también el geógrafo griego Strabone cita estas extrañas tribus “indianas”, por él llamadas de manera genérica "Arias". En el texto se recuerda también a Ulises y su búsqueda de la sagrada lámpara. Una profetisa le dice que si la hubiese encontrado se habría vuelto rey de Italia. Fallado el intento de hacerse consignar bajo alta recompensa (los muchos tesoros traídos de Troya) la lámpara de la sacerdotisa, la “Madre Tierra”, que la custodiaba, Ulises viaja hasta alcanzar un lugar llamado Walhallagara (nombre que suena muy similar a Walhalla) donde tiene una historia de amor con la princesa Kalip (obviamente Calipso) con la que había convivido por muchos años entre "el escándalo y la desaprobación de los que lo conocían". Este fragmento de historia griega insertado en el Libro de Oera Linda es muy interesante. Vistas las aventuras de Ulises alrededor del 1188 a.C. es decir cincuenta años después de la moderna datación de la caída de Troya el Oera Linda parece dar en el clavo. Por lo que la leyenda transmite, la ninfa Calipso era una burgtmaagd (palabra que significa “virgen suprema”, una suerta de jefe de un grupo de vírgenes vestales), un concepto que encuentra reconocimiento en las afirmaciones fundamentales de Oera Linda, según el cual, después de la catástrofe, los Frisones habían comenzado a navegar por el mundo conocido, civilizando el área del Mediterráneo hasta llegar a India. Pero hay también situaciones que se adaptan a las teorías “isoestáticas” de Biddel Airy, con el enterramiento del canal de Suez preexistiente quizás al episodio del hundimiento de la isla de Thera en Santorini. Recientemente han sido halladas Momias en las regiones chinas con aspecto nórdico, con pelo rubio o rojo, con ojos azules, de estatura de más de 2 metros, conocido también como el Hombre de “Cherchen”, que pueden ser referibles a estas migraciones. Otro ejemplo podría ser si aceptamos que la isla de Calipso, Walhallagara, era la isla de Walcheren en el Mar del Norte, entonces Ulises había hecho sus viajes también fuera del Mediterráneo.

Hoy en día, de toda forma, no existen pruebas de que el libro sea falso y por este motivo sería útil una nueva y moderna edición del texto. No solo para consentir a los estudiosos de evaluarlo en pleno, sino también para permitir su lectura a los lectores comunes, ciertamente fascinados por tantas historias de batallas y matanzas, y responder quizás a la pregunta si la civilización Europea viene de Asia y del Este o si existía una fuente Occidental. No existe ninguna respuesta a la pregunta por el origen de comunidades civilizadas en el mundo, pero el Libro reclama una fuente originaria Occidental para su sistema de gobierno de la comunidad y el código moral para Europa, junto a la descripción de una comunidad mucho más antigua, a través del Atlántico del norte (Oldland – Aldland o también Atland) la Vieja Tierra, su casa antigua, en términos nostálgicos, llamada los tiempos buenos antes del malo. Términos que recuerdan la Edad del Oro o el Zep-Tei egipcio. Por último, si este libro no es ciertamente de fácil lectura, y los varios argumentos pasan de uno a otro a veces de manera imprevista, como emociones y pensamientos anotados rápidamente sobre un papel, hay que ser conscientes de que si alguien pudiese demostrar de manera incontrovertible la autenticidad de este libro, es decir, que cuente hechos realmente ocurridos, entonces la historia de la Humanidad Europea de la edad del bronce debería ser completamente revisada y consecuentemente re-escrita.

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