Hay tres momentos muy importantes en la vida de todo ser humano: uno es su nacimiento; otro es su muerte, y el tercero que no siempre se da, es cuando comprende qué ha venido a hacer aquí.
Por esto, en lo más profundo de la esencia del ser humano, hay un impulso que le empuja en un constante afán de encontrar respuestas a los eternos interrogantes, que siempre se ha planteado, ¿quienes somos?, ¿De donde venimos?, ¿Hacia donde vamos?, ¿Por qué vivimos? , ¿Para qué vivimos?. Así, a lo largo de su vida va descubriendo, unas veces por dolor y otras por comprensión, él porque y él para qué de su existencia.
El ser humano actual, siendo consciente de la época tan especial que le ha tocado vivir, intuyendo en tiempo y espacio, la cercanía de ese cambio evolutivo tan proclamado, por todos, y viviendo en una sociedad donde los valores actuales no responden a las exigencias del conocimiento de las verdades originales, tan buscadas por él, se lanza a la búsqueda de respuestas, que le permitan tener una idea clara de, cómo decíamos antes que ha venido hacer aquí para que su vida tenga sentido, y de esa forma buscar el camino que le permita vivirla con plenitud, en esa búsqueda es donde tiene sentido la charla de hoy, intentando dar respuesta a porque vivimos y para que vivimos, preguntas que en algún momento pueden parecer iguales, pero el matiz importante esta en que el porqué es La Causa y él para qué es la finalidad.
Y vamos hacerlo situando al ser humano en su lugar correspondiente, es decir, cambiando la expresión ser humano por lo que realmente somos, seres espirituales, siendo conscientes de la frase por todos sabida “Somos seres espirituales con experiencias humanas, no seres humanos con experiencias espirituales”, lo cual a pesar de que se nos ha dicho en innumerables ocasiones, parece que nos cuesta admitirlo, cuando en numerosas comunicaciones mediumnicas se nos dice que pasamos mas tiempo en el mundo espiritual, que en el mundo físico, donde se nos dice también que prácticamente todos los días en nuestra fase de sueño, viajamos al mundo espiritual a preparar, nuestro retorno a él cuando desencarnemos. Así pues tomemos conciencia de que realmente somos seres espirituales y veamos que implica dicha toma de conciencia.
* Implica ser conscientes que por virtud de nuestra naturaleza espiritual (que es el aspecto de la divinidad), nosotros poseemos en miniatura todo lo que Dios, Energía creadora o Gran Espíritu posee, también poseemos los grandes principios creativos, que permiten a la vida sus funciones, nosotros somos esa energía creadora y esa energía creadora es nosotros, y radica en nosotros por virtud de nuestra naturaleza espiritual. La fuerza que creo toda forma de vida y que es responsable del funcionamiento de cada fase del universo reside dentro de nosotros y podemos dar esa fuerza y compartirla (dándosela a los demás o enseñándoles donde esta a cada uno).
Basta con estar en calma para permitir a esa fuerza manifestarse. Y por ser de naturaleza espiritual esa fuerza, puede ayudarnos a sobreponerse a todas las dificultades y problemas que nos encontremos a lo largo de nuestra vida.
* Implica comprender la realidad. No comprendemos la realidad y la confundimos porque la buscamos siempre en el mundo físico y la realidad de la que venimos y a la que siempre volvemos, es la espiritual.
Por eso cada uno vive una realidad distinta (de acuerdo a su grado de evolución) Recordemos como en innumerables ocasiones se nos ha dicho que el mundo físico, no es sino un reflejo oscurecido del mundo espiritual, por eso la comprensión siempre es en el ámbito espiritual. Hay que tener en cuenta que el espíritu comprende las cosas en base a su evolución
* Implica que el alma solamente se puede reconocer a sí misma cuando toma conciencia de la fuente de su existencia, que no esta en lo material que es temporal, sino en lo espiritual que es eterno.
* Implica darse cuenta que nacimiento y muerte es lo mismo, que es la forma que tiene el espíritu de entrar y salir de un mundo a otro.
* Implica ser consciente que la forma correcta de trabajar para que la sociedad sea mejor, es la difusión de las realidades espirituales, entendiendo que la humanidad esta unida, que lo de los demás también nos afecta, y que vivimos en un universo en donde todo es interdependiente y ni un detalle puede ser aislado de los demás.
* Implica en nuestra relación con los guías espirituales que su realidad es distinta que la nuestra, que vivimos en mundos distintos aunque existamos en el mismo universo.
* Implica darse cuenta que debemos resolver los problemas en su totalidad, pues si no es así vuelven a presentarse otra vez.
* Implica ser consciente que la parte divina que todos llevamos dentro es perfecta, pero no lo es en su manifestación física, por eso tenemos los procesos de evolución efectuándose continuamente porque la evolución consiste en limar todas esas imperfecciones hasta dejar asomar solamente la perfección potencial que estaba dormida.
* Implica saber que la vida es un propósito cósmico, un proyectó ideado por esa energía creadora, que esta representado por el AMOR. Nosotros somos una partícula inamovible de esa idea. Sabido esto, aunque no podamos valorar las experiencias que tengamos, nos daremos cuenta que aun no comprendiéndolas son, sin embargo, parte de ese proyecto eterno.