SELECCIONES
Al principio, cuando uno empieza este Camino, generalmente nuestro ánimo está alto porque el factor “descubrimiento” nos hace sentir como niños. Nos parece que hemos entrado en la galería del conejo y estamos en el mundo de Alicia. Nuestra capacidad de asombro, de sorprendernos, nos produce unos choques conscientes que mantiene el impulso inicial retro-alimentándose con cada nuevo velo caído, con cada nuevo descubrimiento, con cada nueva pieza del puzzle que logramos rescatar. Esta situación hace que no nos falte combustible, que la energía de la octava que vamos transitando se mantenga en un buen tono energético y la Magia se vuelve cotidiana en nuestras vidas.