Reprogramación Interdimensional del ADN & memoria celular

Existimos gracias a la gran maquinaria interna, energética e invisible que tenemos cada uno de los seres humanos en éste planeta tierra. Además de la parte física y biológica existen mecanismos invisibles e interdimensionales los cuales no podemos ver y experimentar en un estado ordinario de conciencia. Dichos campos interdimensionales contienen la información de todo nuestro linaje:

Información de ésta vida, propia y heredada…
Vidas pasadas…
Nuestra historia como humanidad…
Nuestras experiencias lemurianas … entre muchas más…

Lo cierto es que el campo invisible e interdimensional está compuesto por varias experiencias de vida que fueron armónicas y algunas inarmónicas. Éstas últimas son ajenas a nuestra naturaleza esencial, ya que nuestra esencia más genuina es pura y no contiene dualidad. Las experiencias inarmónicas marcan profundamente nuestras vidas produciendo en nuestro ADN interdimensional un desequilibrio que gira como disco rayado toda la vida provocándonos desequilibrios y desórdenes en nuestra parte visible y experimental que es la vida cotidiana.

Todo lo que fuimos viviendo en ésta y otras encarnaciones se fue archivando ahí en ese campo del ADN interdimensional y memoria celular. Lo importante es comprender que esas informaciones y experiencias forman parte de nuestro inconsciente más profundo, ya que nuestro sistema los fue guardando para no tener que sobrevivir día a día con todo ese peso informático que es nada más y nada menos que todo nuestro "registro interdimensional del ADN".

Gracias a la disposición de la energía en ésta nueva era, se ha abierto la posibilidad de abrir esos archivos interdimensionales que guarda nuestro ADN, pudiendo así, traerlos a la conciencia y comprender el por qué de nuestras experiencias cotidianas. Seguramente no todos las experiencias que hemos vivido han sido inarmónicas y desequilibrantes, también hemos vivido momentos felices ya pasionantes, pero aquellas que más nos pesan en la actualidad son las negativas y carentes de amor, ya que como dije anteriormente, nuestra esencia espiritual es pura y genuina y todo lo que sea ajeno a ella pesará, indicando que allí hay algo ajeno, propio de otra naturaleza que es la “carencia de amor”.

Todos los momentos que hemos vivido en nuestra vida y en donde hemos experimentado ésta carencia de amor se han guardado en ese campo interdimensional del ADN y están allí para ser descubiertos y convertirlos en luz. Esa es nuestra tarea en ésta nueva era: poder convertir todos esos momentos en donde experimentamos la falta de atención y la carencia de amor en una información equilibrada… y poder reeducar esos patrones en experiencias de amor y equilibrio.

Una vez que esas cargas energéticas cambian, generan una modificación en la parte visible y tangible que es nuestra vida “aquí y ahora”, ya que los campos invisibles afectan los campos visibles y los campos visibles afectan los campos invisibles archivando situaciones y momentos que luego pasan a ser parte de nuestro linaje como humanos.

Hemos vivido millones de vidas, hemos estado una y mil veces en éste planeta tierra, lo importante es reconocer que estamos ante una nueva era de evolución planetaria en donde purificaremos toda la información guardada en nuestro ADN interdimensional, pudiendo reeducar ese campo infinito y pudiendo rediseñar nuestro presente obteniendo un nuevo campo de conciencia, un nuevo disco rígido que contiene información más sana y armónica; cuando éste comience a actuar en nuestra conciencia nos traerá un universo de paz, amor y libertad, ya que no hay nada más lindo que gozar de nuestra propia naturaleza sin necesidad de tener archivos ajenos y que no forman parte de nuestra esencia espiritual.

La reprogramación interdimensional del ADN y memoria celular ofrece al ser humano la posibilidad de reescribir su guión de vida, no solo de ésta encarnación, sino de todas las anteriores que están pesando y se están haciendo sentir en ésta vida.

Para modificar esos campos solo hace falta tener conciencia y desear reprogramarlos, muchas veces se requiere de la ayuda y guía de un facilitador y muchas otras simplemente con el deseo sincero de cambio se manifiestan en nuestra realidad.

Por María José Bayard