Muchas veces…
El resfriado “chorrea” cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta “tapona” cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago “arde” cuando la rabia no consigue salir.
La diabetes “invade” cuando la soledad duele.
El dolor de cabeza “deprime” cuando las dudas aumentan.
El corazón “afloja” cuando el sentido de la vida parece terminar.
La alergia “aparece” cuando el perfeccionismo está intolerable.
Las uñas se “quiebran” cuando las defensas están amenazadas.
El pecho “aprieta” cuando el orgullo esclaviza.
La presión “sube” cuando el miedo aprisiona.
Las neurosis “paralizan” cuando el niño tiraniza.
La fiebre “calienta” cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
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