Desde el inicio de la industrialización, nuestra sociedad ha seguido un camino a favor del consumo de alimentos procesados, la agricultura intensiva y los productos de higiene con petroderivados; artículos, todos ellos, realmente al alcance de todos los bolsillos pero de discutible calidad y seguridad para nuestra salud.
Hasta hace poco no nos cuestionábamos el origen ni los efectos de lo que comíamos ni de lo que nos poníamos en la piel, pero afortunadamente estamos en un momento de cambio, vivimos un giro de nuestra conciencia, nos estamos despertando y, al mismo tiempo, nos damos cuenta de muchos errores cometidos anteriormente. Nos dirigimos hacia un movimiento creciente de los productos de procedencia ecológica, que son beneficiosos para nuestra salud y, al mismo tiempo, respetuosos con el medio ambiente.
Sin embargo, esta apertura de conciencia está más arraigada en la alimentación. Conocemos los beneficios de una alimentación natural, con alimentos de la tierra y de cultivo ecológico. Por la misma razón hemos de tener en cuenta que existen otras formas de cuidar nuestro cuerpo. Una de ellas es a través de los cosméticos que aplicamos a nuestra piel, la parte del cuerpo que está más expuesta a las influencias externas. Su cuidado es vital para el mantenimiento de nuestra salud. Todo lo que nos aplicamos a la piel penetra hacia el interior de nuestro organismo. Por lo tanto, es fundamental elegir productos afines a este gran manto protector que favorezcan el correcto pH de la piel, una buena nutrición, oxigenación y eliminación de toxinas.
Afortunadamente, muchas personas han empezado a descubrir los beneficios de los cosméticos naturales. También sabemos que la moda “natural” es una golosina para los fabricantes de cosméticos que se apuntan a este mercado, cada vez más en alza. Por esto es importante saber que “natural” no es sinónimo de “biológico”. Muchos publicistas aprovechan la sensibilidad popular para realzar un ingrediente natural en los productos de cosmética, cuyos verdaderos ingredientes son subproductos derivados del petróleo, algunos de ellos peligrosos para nuestra salud. Los auténticos cosméticos biológicos, además de mostrar en el envase un sello que garantiza su procedencia, están elaborados con productos vegetales, aceites y extractos de plantas que favorecen y respetan la función regeneradora de la piel. Por otro lado, no contienen colorantes, conservantes ni fragancias de síntesis; parafinas u otros ingredientes derivados del petróleo. Tampoco están testados en animales, sino que han sido probados sobre personas voluntarias para garantizar su tolerancia y eficacia.
Nosotros apostamos por la alta cosmética biológica libre de sustancias de síntesis y afines a las necesidades de nuestra piel. Por esto estamos orgullosos de presentaros, a través de nuestro blog, nuestra mejor gama de productos de alta calidad cuidadosamente seleccionada siguiendo los criterios más estrictos y las opiniones de los expertos más reconocidos en este sector.
Jordina CasademuntHasta hace poco no nos cuestionábamos el origen ni los efectos de lo que comíamos ni de lo que nos poníamos en la piel, pero afortunadamente estamos en un momento de cambio, vivimos un giro de nuestra conciencia, nos estamos despertando y, al mismo tiempo, nos damos cuenta de muchos errores cometidos anteriormente. Nos dirigimos hacia un movimiento creciente de los productos de procedencia ecológica, que son beneficiosos para nuestra salud y, al mismo tiempo, respetuosos con el medio ambiente.
Sin embargo, esta apertura de conciencia está más arraigada en la alimentación. Conocemos los beneficios de una alimentación natural, con alimentos de la tierra y de cultivo ecológico. Por la misma razón hemos de tener en cuenta que existen otras formas de cuidar nuestro cuerpo. Una de ellas es a través de los cosméticos que aplicamos a nuestra piel, la parte del cuerpo que está más expuesta a las influencias externas. Su cuidado es vital para el mantenimiento de nuestra salud. Todo lo que nos aplicamos a la piel penetra hacia el interior de nuestro organismo. Por lo tanto, es fundamental elegir productos afines a este gran manto protector que favorezcan el correcto pH de la piel, una buena nutrición, oxigenación y eliminación de toxinas.
Afortunadamente, muchas personas han empezado a descubrir los beneficios de los cosméticos naturales. También sabemos que la moda “natural” es una golosina para los fabricantes de cosméticos que se apuntan a este mercado, cada vez más en alza. Por esto es importante saber que “natural” no es sinónimo de “biológico”. Muchos publicistas aprovechan la sensibilidad popular para realzar un ingrediente natural en los productos de cosmética, cuyos verdaderos ingredientes son subproductos derivados del petróleo, algunos de ellos peligrosos para nuestra salud. Los auténticos cosméticos biológicos, además de mostrar en el envase un sello que garantiza su procedencia, están elaborados con productos vegetales, aceites y extractos de plantas que favorecen y respetan la función regeneradora de la piel. Por otro lado, no contienen colorantes, conservantes ni fragancias de síntesis; parafinas u otros ingredientes derivados del petróleo. Tampoco están testados en animales, sino que han sido probados sobre personas voluntarias para garantizar su tolerancia y eficacia.
Nosotros apostamos por la alta cosmética biológica libre de sustancias de síntesis y afines a las necesidades de nuestra piel. Por esto estamos orgullosos de presentaros, a través de nuestro blog, nuestra mejor gama de productos de alta calidad cuidadosamente seleccionada siguiendo los criterios más estrictos y las opiniones de los expertos más reconocidos en este sector.
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