Dicen que los filósofos somos cazadores de pensamientos. Yo diría, aprovechadores. Utilizamos el esfuerzo y energía mental ajena para atrapar con nuestra red cerebral todo lo desparramado en el éter. Así pues, me dispongo a desarrollar una de esas teorías como las que puede haber tropecientas, obligado por una inspiración y urgencia extraordinarias. En mi caso, además, sin basarme en nadie ni nada. Solo en vosotros, en el legado dejado en el aire. Por lo tanto sería educado pedir permiso por adelantado para mandar a freír espárragos a los que viven de los derechos de autor. Hasta el momento me siento libre al aceptar vuestra base de datos como mía y la mía como vuestra. Trabajamos en equipo sin darnos cuenta a pesar de que existen esfuerzos oscuros por alejarnos los unos de los otros para destinarnos al ostracismo. Es interesante ese amor-odio que hay entre nosotros, los humanos. Yo desde hace algún tiempo os amo. Pero ahora no es momento de chuparos el trasero, ha llegado la hora de mi debut como filósofo. Mi primera teoría seria.
Los que me conocen bien, ya saben de la famosa teoría humorística sexual del “somos carne” y la recientemente elaborada “Pinocho somos todos” , esta última engolfa la teoría del somos carne protegiéndonos con un material divino inexplicable, mientras que la primera definía al ser humano como un pedazo de chicha dispuesto a enamorarse sin miedo de la sazón, el picado, el frito, el asado… cualquier cosa, con hombres y mujeres, con los dos a la vez… Hay que ser tolerante, unas veces por detrás y otras por delante, pues todo lo hecho con amor da gustito y queda disculpado.
Los que me conocen bien, ya saben de la famosa teoría humorística sexual del “somos carne” y la recientemente elaborada “Pinocho somos todos” , esta última engolfa la teoría del somos carne protegiéndonos con un material divino inexplicable, mientras que la primera definía al ser humano como un pedazo de chicha dispuesto a enamorarse sin miedo de la sazón, el picado, el frito, el asado… cualquier cosa, con hombres y mujeres, con los dos a la vez… Hay que ser tolerante, unas veces por detrás y otras por delante, pues todo lo hecho con amor da gustito y queda disculpado.
Voy a intentar entrar en materia nuevamente. Los conocedores de este camino hacia la sabiduría, me refiero ahora a la Filosofía, que lean mi nueva teoría podrán escandalizarse por su falta de rigor. Yo, contrariamente manifiesto mi desacuerdo por la rigurosidad e importancia de algunas teorías premiadas internacionalmente que han sido elaboradas bajo supervisión especialista con todo tipo de medios, para finalmente llegar al punto en que estamos, con una población totalmente agilipollada, dependiente del involutivo emolumento y fuentes de energía contaminantes e inaccesibles. Es probable que incluso alguien haya pensado en algo similar, al gozar los humanos de una imaginación finita proclive al plagio, en ese caso, por favor, compartan conmigo ideas cercanas para poder trabajar y pulir conjuntamente nuestros teorías hacia una mejor aplicación práctica. Y es en este punto donde dedico este esfuerzo voluntario, pues mi ánimo ha sido desarrollar una teoría para incitar el despertar de mentes ovejunas o seguidoras. Personas que han alquilado por nada su pensamiento crítico a unos desconocidos para que le hagan el trabajo. Gran parte de este tipo de personas creen que todo lo que les rodea estuvo ahí siempre, lo aceptan e intentan sobrevivir. Esta forma despreocupada de existencia que nunca mira atrás, perjudica seriamente nuestra vista hacia adelante, pudiendo causar más de un tropiezo en el camino evolutivo. Se ha de reconocer que un conjunto de seres tuvieron que llegar a algún tipo de convención para materializar el tipo de civilización que disfrutamos actualmente. Nótese la cursiva del verbo disfrutar. ¿Cómo es posible que la gran mayoría de la población no esté interesada en conocer su verdadera procedencia y nuestro papel en este mundo? Personalmente pienso que no toda la culpa descansa en nosotr@s. Algún tipo de poder ajeno a la vista y conocimiento humano, está bloqueando esta sana curiosidad por conocer la verdad mientras nos mantiene ocupad@s en niñerías. Pero esto requiere más profundidad y estudio. Quizá algún día me encargue de analizar este tipo de fuerzas aturdidoras de la verdadera esencia humana. Hace poco descubrí una de ellas, no sabía que vivía en casa. Esta fuerza negativa surgía de un aparato cuadrado con pantalla de cristal que deforma continuamente la realidad. Fue muy fácil derrotarla al cambiar algunos hábitos cotidianos, dedicando más tiempo a la lectura de libros filosóficos y dar paseos en ambientes tranquilos.
Y ahora sí que llegó el momento de la verdad, sin otro objetivo más que el romper la barrera de infelicidad y desconcierto en el que algunos de mis allegad@s están sumid@s, les presento la teoría de los anillos sociales o pastel nupcial…
…Continuará en el siguiente post. Ahora tengo que cubrir una necesidad imperiosa de beber un poco de ginebra.
Ojosano
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