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sábado, 22 de octubre de 2011

AUTO SANARTE


No es fácil despertar a la realidad. Nuestro programa, el sistema de creencias al que estamos sometidos desde el inicio de los tiempos, es a la vez que sutil, casi impenetrable. Es por ello que ante cualquier duda que genere una fisura en el sistema de creencias, lo que sería un desvío en la programación, se ejecuta la función correspondiente para volver a la línea principal.
Ante esta situación, no es de extrañar, que utilizando las herramientas que podríamos denominar “estándar”, es muy dificil si no imposible, avanzar en el camino del despertar consciente. La clave está en utilizar más a menudo la intuición.
La intuición no está dentro de los parámetros de nuestro ego/mente guste de aceptar, por lo tanto la respuesta a una situación donde aparece un “sentimiento intuitivo”, es negar esa posibilidad, para lo cual el programa, solo tiene que ejecutar alguna función como la “duda”, la “locura” o el “ridículo”. Estas funciones son suficientemente poderosas para anular cualquier desvio intuitivo en nuestra programación principal. En realidad la “duda” no es en sí negativa, al contrario, es un arma de doble filo, se puede utilizar para manifestar un desacuerdo con el programa que nos puede llevar utilizando nuestra mente, a descubrir que existe la intuición y como podemos utilizarla para “puentear” nuestro programa y de esa manera liberarnos de él.
La intuición es un “troyano” para nuestro programa, permite anteponer los dictados de nuestro corazón a lo que nos indica nuestro ego/mente. Con el tiempo el miedo, causa principal de que nos ajustemos al programa, desaparece y nos permite liberarnos de todas las funciones designadas para obligarnos a seguir el programa principal. Una vez “libres” de la programación principal, podemos ejecutar el modo “observador”.
Vivir en modo “observador” es una opción que disponemos para experimentar en la tierra. El “observador” trata de liberarse de las corrientes principales que aseguran la polaridad en la vida de toda persona. Digamos que es capaz de ser neutral ante muchas de las situaciones a las que se ve sometido. Escucha su voz interna, porque ha conseguido conectar con su corazón, que a su vez es la voz de su Conciencia o Yo interior. No es fácil en los tiempos que corren ser un simple “observador”, pero solo cuando seguimos los dictados de nuestro corazón, que nos llegan a modo de intuición, es cuando ciertamente nos estamos liberando del programa y podemos conseguir que a nuestra vida nos llegue “abundancia” energética.
Nuestro programa, es un sistema muy bien calculado y necesita retroalimentarse, para ello se utiliza actualmente diversos métodos, que a ojos de cualquier “observador” son fáciles de detectar. Si queremos evitar esa retroalimentación debemos desconectar durante un tiempo de la “red” o sistema principal de datos: Los medios y sobre todo la televisión. Tras una desconexión de varios meses, nos daremos cuenta de que no necesitamos a los medios para saber lo que ocurre en el mundo. Y siguiendo nuestra intuición, aprenderemos a discernir, en cada noticia, la verdad que se oculta tras ella o la manipulación con la que pretenden retroalimentar nuestro programa.
Hemos de experimentar de manera consciente, el flujo de información que nos llega a través de todos los canales que tenemos abiertos. Si somos lo suficientemente conscientes, sabremos ver las fisuras o fallos en la progración a la que estamos sometidos. Aprenderemos a leer el “código” y a no ejecutarlo sin más, como hace la mayoría de los seres que actualmente se encuentran en “trance hipnótico” o dormidos.
Como ejemplo os mostraré una noticia actual que podeis leer en los medios y que es utilizada muy a menudo, cuando el sistema desea despertar en nuestras mentes una idea que se avenga a sus necesidades.
Lo que ha ocurrido en Libia es uno de los ejemplos más claros de la manipulación de la información y de los hechos, para conseguir el fín inicial, que prácticamente era “robar” a un pueblo su petróleo.
No hace falta entrar en muchos detalles para darse cuenta que desde principio al final, ha sido una “chapuza” del sistema, pero han jugado las piezas, que corresponden a una actuación como esa.
Como resultado, un pueblo ha sido expoliado, masacrado y destruido en nombre de una falsa “liberación de un dictador”. Con lo dicho anteriormente, no es mi deseo entrar en polémicas de tipo político ya que lo que propongo es ser un simple “observador” de los hechos y experimentar de forma consciente esos hechos. Al hacerlo es fácil ver la mano negra del sistema que moldea la opinión de sociedad dormida a su antojo.
El caso es que en mi fase de “observar” lo que ocurre en el mundo, leo en los medios oficiales un par de noticias, con una semana de diferencia, que “destapan” un hecho que puede ser cierto o no, pero que sirve para insertar en la población el “código” del programa que les hace olvidar que la masacre acaecida en Libia, ha sido efectuada por los supuestos libertadores. La noticia reiterada de “fosas comunes” atribuidas al régimen anterior. ¿Que nos indica ese hecho? Simplemente que se intentan minimizar los miles de bajas civiles en la supuesta liberalización, atribuyendo al anterior régimen supuestas muertes, que simplemente podría no ser ni cierto. Pero el efecto que tiene en el lector dormido es el esperado por el sistema: El aceptar que se ha liberado a un pueblo de un tirano.
Si somos conscientes de lo que nos rodea y atendemos a nuestra intución, podremos entender que muchos de los hechos que acontencen a diario, simplemente son “fabricados” para mantener a la población en un estado continuo de polaridad. Para mantener el “programa” activo y en la línea de lo que las “autoridades” que dominan este planeta quieren.
Estamos viviendo algo parecido a La Matrix de la famosa trilogía. Somos como el protagonista, Neo. Tenemos en nuestras manos la decisión de seguir el “experimento” dormidos, alimentando a los “depredadores” o despertar de nuestro sueño y empezar a tomar las riendas de nuestra propia vida. Ante nosotros se abre todo un mundo de posibilidades, al que no debemos temer experimentar de manera consciente.

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