Las Dracónidas son una Lluvia de Meteoros que son los restos de un cometa que venía desde laConstelación de Draco (de ahí el nombre de Dracónidas). Este cometa era conocido como21P/Giacobini-Zinner, de ahí que también se conozca a esta lluvia de meteoros como lasGiacobínidas.
Esta Lluvia ocurre comúnmente los primeros días de Octubre, siendo más distinguible entre las noches del 8 y el 10 de Octubre. Las Dracónidas son mejor observables en las horas anteriores del amanecer, en regiones con cielos despejados. En 1933 y 1946, hubieron impresionantes tormentas de miles de meteoros de las Dracónidas.
Un reciente artículo de Space.com (Portal con información oficial de la NASA) acerca de las Dracónidas del 2011 ha desatado un gran número de comentarios, debido a las afirmaciones de que se espera una Gran Tormenta de Meteoros para el Sábado 8 de Octubre de 2011, causada por dicha lluvia.
Cooke y Danielle Moser, de la empresa Stanley, Inc., contratista del Marshall Space Flight Center (MSFC) de Huntsville, Alabama —un centro vinculado a la NASA—, presentaron en el congreso «Meteoroids 2010» los resultados de la aplicación de su modelo de predicción de Lluvias de Meteoroides a las Dracónidas de 2011. Según su modelo —ajustado a observaciones radar y ópticas de anteriores lluvias de Dracónidas—, la Tasa Horaria Cenital (THC) para 2011 sería de «varios centenares»: unos 750 meteoritos por hora, durante 7 horas.
Aunque Cooke Moser habla de un riesgo bajo de que la lluvia afecte a los satélites —al fin y al cabo, eso es lo que justifica que el MSFC se ocupe de esas cuestiones—, el artículo de Space.com habla de que se producirá una tormenta y hasta de cómo podría afectar a laEstación Espacial Internacional ISS. Posteriormente, han aparecido multitud de artículos, y algunos videos, que ya hablan abiertamente de la «gran tormenta» y de una situación de alarma generalizada para los astronautas y los satélites.
Lo cierto es que aunque las Dracónidas llegasen a una THC de 750 en 2011, eso todavía no las convertiría en «tormenta», pues haría falta una tasa de miles para eso. Y aunque fuesen una verdadera tormenta, el riesgo para los satélites y la ISS seguiría siendo bajo. Naturalmente, eso no implica que no se deba estar atento, y por eso las Agencias Espaciales estudian regularmente la cuestión.
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