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jueves, 4 de agosto de 2011

COMER ANIMALES

De todas las razones que llevan a una persona a no comer carne animal, ninguna tiene raíces tan profundas en la historia humana, mueve con mayor fuerza nuestras emociones, ni crea más controversia que el argumento ético, es decir, que es moralmente incorrecto matar y comer animales. El filósofo griego Empédocles lo expresaba así en el siglo V a. C.:
"¿Cuándo pondréis fin a esas execrables matanzas? ¿No veis que estáis destruyéndoos con vuestra ciega ignorancia anímica?
Plutarco también escribió:
"Os preguntáis cuáles fueron la razones en que Pitágoras se basó para abstenerse de comer carne. Por mi parte me preguntaría cual fue el accidente o estado anímico o mental que hizo al primer hombre comerla, tocar con sus labios la sangre coagulada y llevarse a la boca carne de una criatura muerta. ¿Quién se aventuraría a llamar alimentos a lo que poco antes vivía, se movía y chillaba? ¿Cómo pudieron sus ojos observar la matanza? ¿Cómo pudo su nariz soportar el hedor? ¿Cómo pudo la corrupción convencer a su gusto y éste pudo entrar en contacto con las heridas de otro, beber sus secreciones y la sangre que manaba por las mortales heridas?   
Muchos de los primeros grandes pensadores (Buda, Mahavira, Ovidio, Plotino, Porfio, y Pitágoras, por ejemplo), se oponían al consumo de carne porque creían que el sacrificio de animales era inmoral, cruel y envilecedor para el espíritu humano. Filósofos, artistas y científicos posteriores han compartido estos sentimientos, convirtiéndose en vegetarianos o apoyando la validez de este punto de vista. Entre ellos se incluyen Leonardo Da Vinci, Einstein, Emerson, Gandhi, Krishnamurti, Edison, Alexander Pope, Rousseau, Albert Schweitzer, Bernard Shaw, Shelley, Tagore, Thoreau, Tolstoy y otros.
Todos ellos justifican la observación que realiza Thoureau:
"Todas las personas que han podido preservar las facultades más elevadas y poéticas, están particularmente inclinadas a abstenerse de consumir animales y tienden a comer poco de cualquier alimento".
Oliver Goldsmith describió así a sus compatriotas:
"Si los vemos hablar veremos que pretenden ser compasivos con todo tipo de animales, y puede parecer que son incapaces de matar la avispa que les pica. Semejan tan tiernos y repletos de piedad que uno los tomaría por amigos de toda la creación y protectores del más pequeño de los insectos. Sin embargo, he visto a los mismos hombres que derrochan ternura verbal comer seis tipos diferentes de carnes en un mismo plato. ¡Qué conducta tan extrañamente contradictoria! Sienten lástima y al mismo tiempo se comen el producto de su compasión".
Podemos resumir en cinco puntos el por qué debemos abstenernos de comer carne.
1. Muchos animales, especialmente los vertebrados, son capaces de sentir dolor y placer.
2. No es moralmente justificable hacer sufrir a otro ser vivo.
3. Dejando aparte el dolor, el impulso irreflexivo de destruir a otros seres es incorrecto, si existen alternativas constructivas o pacíficas.
4. El sacrificio de animales no es un acto agradable de realizar. La mayoría de las personas lo considera repulsivo.
5. La alimentación cárnica no es necesaria actualmente, existen muchas alternativas alimenticias a nuestro alcance.

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