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domingo, 1 de septiembre de 2013

DIARIO DE UN HACEDOR DE ALAS

LA CINTA DE MOEBIUS:   

En 1858 dos matemáticos alemanes, August Ferdinand Möbius y Johann Benedict Listing descubren en forma independiente la cinta o banda de Möbius (Moebius), una superficie de dos dimensiones no orientable, con solamente un lado cuando se recorre y está sumergida en el espacio euclidiano tridimensional de la realidad subjetiva. Muchas veces comenté que al camino que había elegido recorrer en la búsqueda de la verdad lo llamaba “el camino de la cinta de Moebius” porque recorría dos universos a la vez, el interior y el exterior, y estos tenían que encajar a la perfección para que sea verdad. Si uno no se reflejaba en el otro era ilusión, porque no tenía sustento material, o no tenía sustento espiritual. Cada uno elige el camino más apropiado para recorrer. El del monje (voluntad-oración), el del faquir (esfuerzo-sufrimiento), el del yogui (contemplación-mente) o el cuarto camino (trabajo con voluntad, esfuerzo y mente), también llamado el camino del hombre ladino. Mi elección fue muy diferente, pues ninguno de ellos encajaba con mis ideas ni llenaba mis expectativas. Por suerte después de mucho andar, sufrir e investigar, descubrí un quinto camino (el de la luz del espíritu y el reflejo en la materia), que bauticé como el camino de la cinta de Moebius, o el camino de Moebius.




Siempre me interesaron las ciencias y la investigación, a tal punto que me llevaba a cuestionar el razonamiento académico de mis profesores universitarios, porque veía cosas que ellos no veían por su instrucción profesional. Que los cuerpos no eran atraídos por la masa sino por el vacío, que la configuración del sistema planetario no era como nos enseñaban, que un acontecimiento físico es único e irrepetible y no podía tomarse como referente o medida, que todo cuerpo celeste tenía que ser hueco por la mecánica de los fluidos, etc. Este proceder me llevó a convertirme en un autodidacta sin el condicionamiento de la enseñanza tradicional.
Una de las cosas que observé gracias a esto, y que era norma inviolable en la naturaleza, era la conservación de la energía. Ningún organismo usa más que la necesaria y sin embargo funciona correctamente y evoluciona de forma natural. Esto me llevó a pensar, ¿No sería entonces la clave, en el ser humano, la acumulación de la energía para un uso posterior determinado? Todos los demás caminos requerían una inversión considerable de energía puesta en puntos estratégicos, donde la acumulación era prácticamente nula. ¿Y si sólo había que dejarse fluir mientras se estaba en la búsqueda hasta que se encontrara el rumbo, acumulando la energía para el momento indicado? Pero, ¿Cuál era el momento indicado?, si el trabajo interior había sido arduo durante años, con observación de sí y de lucha interior sin encontrarlo. Lo que no pude prever fue que la energía acumulada se direccionaba naturalmente a la esfera de consciencia. Sin darme cuenta estaba alimentando la consciencia del “ser”. No había que buscar un momento indicado porque no existía, automáticamente la energía era usada donde correspondía. La luz se fue dando como el amanecer, no era necesario ningún esfuerzo, ninguna receta preestablecida, ningún confuso trabajo interior más que el de estar atento. Los centros superiores se fueron activando y la comprensión fue natural, sin esfuerzo, sin intelectualización, sólo se comprendía, se sabía, como sabe un pájaro como construir su nido o emigrar en invierno, como sabe una planta como florecer en primavera. El espíritu se manifestó, y aunque la consciencia del Ser no era total, transmitía la información de forma correcta, y la duda dio paso a la certeza. Comencé a recorrer el camino de la cinta de Moebius, lo que decía el espíritu tenía que estar reflejado en la materia, y lo que reflejaba la materia tenía que estar avalado por el espíritu. Fue fácil discernir entre la paja y el trigo, la ilusión y la realidad, la verdad del hombre y la verdad del “Do”. Los opuestos se fusionaron, los polos se invirtieron, la verdad particular pasó a formar parte de la verdad colectiva, y la verdad colectiva parte de la verdad del “Do”. Todos teníamos la verdad, porque era particular de cada uno y general a la vez, cada uno tenía la verdad que quería y debía tener, y todas ellas eran valederas para su universo. Porque era la que le correspondía, la horma de su zapato, su bosón de Higgs particular. Tal vez el mío sea parecido al suyo aunque no es el suyo, pero podemos compartirlo si le queda y lo desea. Usted tiene que encontrar su propio camino, irrepetible, único, particular, marcado con el ADN de la creación para usted. No soy un maestro, ni tengo un método de enseñanza determinado aunque parezca todo lo contrario, sólo tengo un esquema predeterminado de trabajo y el deseo de compartir esta sabiduría. Usted es su maestro y elige el método que quiera para enseñarse. Yo sólo transmito información, conocimiento y las herramientas necesarias para que usted las utilice. No pongan tampoco en mi boca palabras e ideas que pertenecen a sus emociones, yo me hago cargo de las mías, de lo que digo y de lo que esto pueda acarrear, pero no me hago cargo de sus conclusiones y decisiones, esas le corresponden a usted. Usted elige, usted decide, usted camina, usted es el responsable de sus actos, pensamientos y palabras. Es la única forma de ser un Ser libre. 

Hace más de siete meses desde que publiqué el primer artículo, una octava completa con su respectivo choque en (mi-fa) y el comienzo de una nueva en (si-do). Ochenta y seis (86) artículos cuya reducción es el número cinco (5). El quinto camino, el quinto elemento, la quintaesencia, la quinta nota musical, el cinco, “el vínculo entre el Uno y la diversidad, el puente que une lo corpóreo con lo divino y que le da sentido e inserción en un organismo dado… los cinco sentidos, a través de los cuales el hombre conoce y aprehende su entorno…el puente entre el mundo terrestre y el celeste, es el número del hombre por excelencia, aquel hombre que se encuentra crucificado entre lo terreno y lo divino”… (Gonzalo Pollicardo). Ochenta y seis artículos desde los más cortos y simples, hasta los más largos y complicados. Ochenta y seis artículos que esconden en sus palabras la forma de liberar al Ser, y que ustedes tienen que decodificar y descubrir. Si yo les dijera cada paso, cada forma para aprender a “volar”, no sería real, porque estaría induciéndolos, condicionándolos, manipulándolos hacia mi verdad. Siempre dije que no me crean, que no crean nada de lo que les digo, que ustedes descubran y comprueben por sí mismos este conocimiento, y hoy más que nunca es hora de que lo hagan, pues es el fin de una etapa y el comienzo de otra. Se termina la Instrucción para dar comienzo a la Revelación, y algunas de estas revelaciones como las del artículo anterior, no serán de su agrado. Muchos de ustedes comprenderán y seguirán aquí, otros en desacuerdo, ofendidos u horrorizados abandonarán este lugar, pero lo principal es que sigan adelante por su camino, que afronten su destino, sea el que sea, y que pasen la tormenta y lleguen al perdón, ese primer acto consciente que les dará la paz tan necesaria para su Ser. He seguido a cada uno de ustedes, he visto sus glorias, sus frustraciones, sus avances y retrocesos, las reacciones de sus egos y las manifestaciones de su Ser, y sé lo difícil de su viaje, pero estoy convencido que todos llegarán a su destino de una u otra manera, cuando su luz interior se manifieste. 

Cuando decidí abrir este blog, lo hice porque mi Ser me lo pidió, sentí profundamente que tenía que hacerlo. Sé que muchos pensarán y dirán que es mi ego el que disfruta, y es cierto, cada mensaje, cada palabra, cada comentario llena mi ego de placer y regocijo, por ustedes y por mí. Pero es el “ego del Ser” el que se manifiesta. El ego manejado por la consciencia del Ser no es el mismo que el ego manejado por la consciencia artificial, porque no es sólo alimento para mí, sino para todos, sus alegrías son mis alegrías y sus tristezas son mis tristezas, y el que diga lo contrario se equivoca. No hay mayor y verdadero ego que el del Ser, porque es la “Energía del Grial Omnisciente”, Ego, Vril y Amor, EVA, la primera mujer, el vientre procreador y la primera revelación de esta nueva etapa que hoy comienza. El camino hacia el infinito, el camino de la cinta de Moebius. ¿Qué le parece, lo recorremos juntos? Si es así, entonces, adelante!!..
.detrasdeloaparente.blogspot.com.a

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