Cuanto más pensamos en algo, más "cuerpo" le damos.
Si habitualmente piensas en positivo, más positiva es tu vida.
Si habitualmente piensas en negativo, más oscura se vuelve.
Tus pensamientos moldean tu cuerpo. Irremediablemente.
Pero: ¿podemos elegir lo que pensamos?
Hasta cierto punto.
Lo que podemos es modificar los hábitos de pensar.
Pensamientos hay muchos, porque nuestra mente es como un océano profundo lleno de toda clase de criaturas.
El subconsciente es un universo (o un multiverso) enorme, vasto y desconocido.
He ahí el gran territorio por explorar.
Sin embargo es evidente que hay pensamientos que predominan.
Y así se va moldeando toda nuestra vida.
No sólo cuentan los pensamientos... si no las emociones que nos mueven y conmueven.
Las emociones dan vida a los pensamientos.
Hay vidas grises, escasamente emocionales o emocionantes.
Hay vidas con más o menos color.
Hay vidas que tienden al negro, al gris o al blanco.
Atrévete a observar tus pensamientos.
He dicho OBSERVAR.
Blancos, grises, negros, rojos y amarillos.
Musicales o disfónicos.
Tú observa.
Y elige SENTIR aquellos que te aportan luz, color, alegría y bienestar.
Al final, es un juego de la Conciencia.
Estás vivo. Estás viva. Y escoges lo que te conviene.
Cuanto más se piensa en algo, más se atrae.
Tú atraes tu propia vida.
Cuanto más hablamos de cosas que no nos gustan, más las fortalecemos.
No voy a citar ninguna... pero los noticieros están llenos de ideas que se prolongan y se fortalecen en el tiempo.
Una especie de contaminación mental.
Nos contaminamos unos a otros difundiendo ideas negativas.
Piensa en grande, piensa en color, piensa musicalmente, piensa bonito.
Tú puedes elegir. Aunque sea un poco.
Y las cosas cambian.
No huyas de tus pensamientos. OBSERVALOS.
Finalmente elige la dirección en la que quieres ir.
Vívela. Siéntela. Intensamente.
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http://onironautica.blogspot.com/
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