Durante todo el año, estaremos siendo partícipes de la apertura de los Portales Cósmicos que las altas vibraciones de la Galaxia impulsan a iluminar.
Muy probablemente seamos partícipes durante este año de una gran apertura de conciencia en muchos niveles tanto individuales como sociales.
El mes de Noviembre, nuestro calendario marca una fecha… una señal sobre ese espejismo que debemos aprovechar. Por más que los portales se abran en diferentes días, el 11 el 11 del 2011 es una fecha para conectarnos con nuestra memoria, con nuestra verdad, con el comienzo del camino de la purificación de los viejos lazos de la historia, extendiendo puentes hacia los nuevos.
Este número nos indica el Nacimiento de lo Nuevo, el anclaje de lo que está por venir. Su repetición, es el reflejo, nos indica que ese es el camino, que debemos estar atentos.
Este año, comienza un ciclo de anclaje de lo Nuevo, y es por eso que intentaremos lanzar anclas.
El enigma del 11:11 apareció en vibraciones casi inaudibles en las pirámides de la Tierra como las de
Teotihuacan y la de Gizeh en Egipto. La frecuencia es 11:11 y esta secuencia numérica ha afectado la
vida de millones de personas. Lo curioso es que son más los jóvenes que lo ven sin saber que es el
11:11. Para los escépticos, este fenómeno puede deberse a que nuestros cuerpos biológicos están
jugando con nosotros. Pero para las personas que ven los 11 tan seguido saben que esto va más allá
de los campos de la coincidencia.
Definitivamente
sería el número más notable en un reloj digital. Como si hubiera sido puesto en nuestros
bancos genéticos desde hace mucho tiempo atrás como un detonador para cuando la humanidad llegara
a la era digital. La pregunta más importante es, ¿Qué se puede aprender de éste mensaje numérico?
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