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jueves, 18 de abril de 2013

DIARIO DE UN HACEDOR DE ALAS

Y encontré un lugar.......aquel imponente lugar ......
 Después de una suave bruma azulada vi una montaña con un palacio  esculpido en la roca, serpenteando abrazado a ella  con  formas suaves, perfectas, que solo en los lugares impecables y  mágicos pueden existir.  Estaba aquella montaña sagrada esperándome perdiéndose en la inmensidad  con una belleza  de un blanco jamás imaginado.
Formaba un paisaje que de pronto recordé que me pertenecía, otro lugar otro hogar, y siempre ese  blanco que me acompaña desde la propia fuente de mi ser. Sus formas onduladas y suaves resonaron perfectamente con toda mi energía, pero lo mejor estaba por llegar, en la base estaba la entrada esperándome, imponente  con sus códigos o pruebas personales para cada guerrero, solo se abre por vibración por sintonia, no lo dudé, era mi sitio. Dentro unas esferas llenas de vida flotaban con un tono luz plata-agua perfecto y millones de diminutos filamentos, cada uno de ellos cumpliendo una función diferente pero  al unísono sirvíendo para transmitir y transportar información e inteligencia  al interior, donde guerreros que vienen de batallas en   tiempos futuros sin nombre, descansan,  recorriendo caminos que no les pertenecen, sembrando la esperanza en lugares donde seres envueltos en el mimbre del holograma   luchan por quitar el velo que cubre sus ojos.
Abrí mi esfera y acomode mi espíritu  me resultaba perfecto, al momento conecte con todos los moradores de ese hermoso lugar, hermanos, maestros de la generosidad,  fuentes de AMOR en el universo.
Nos movíamos armoniosamente flotando recorriendo las moradas según nuestras necesidades.
 El blanco impoluto del proprio espacio no se imponía, dependiendo que color necesitaras había tonalidades sin nombre nunca imaginadas en esta zona del cosmos.
Vamos ascendiendo lentamente con esa sensación  de autentica paz, de vez en cuando abríamos nuestra esfera y salíamos envueltos en pura luz  y nos maravillamos del espectáculo...
May Acebes

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